Lost Bailongu: Excursión a La casa de l'Ocell

Es difícil reunir en una propuesta todos los ingredientes de la aventura: los enigmas inteligentes, la vida en grupo, el baile de las amistades vividas, la sonrisa de los pasos compartidos, la complicidad entre personas y paisajes...

Es difícil reunir en una propuesta todos los ingredientes de la aventura: los enigmas inteligentes, la vida en grupo, el baile de las amistades vividas, la sonrisa de los pasos compartidos, la complicidad entre personas y paisajes...Si viajáis por el territorio: desde el universo denso de la ciudad a la isla verde más primaveral; si os movéis también en el tiempo: desde las nubes y la lluvia, al cielo azul y el sol más brillante, si sentís la fuerza y el intenso magnetismo que siempre contagia a la gente Bailongu, entonces es que ya estáis en territorio LOST.

Los planos no sirven para llegar allí. Casi todo el mundo se pierde. ¿Debe de ser el campo magnético Bailongu lo que desorienta los GPS's y las brújulas? ¿O es que el Pájaro (l'Ocell) se mueve y nunca está en el mismo lugar? La verdad es que ninguno de estos obstáculos puede impedir hacer del baile y del buen rollo un punto de encuentro: ¡más de noventa bailongueros y bailongueras lo saben muy bien! El domingo 18 de abril de 2010, unos escenarios ampurdaneses mágicos, inflamados de todos los matices del verde y de flores de mil colores, fueron el escenario de imágenes potentes: muchos animales y jaulas, diosas taínas y princesas etíopes, con mucha, mucha, buena gente, y un cuarteto que se movía y hacía mover (hay quién vio tres grupos diferentes, porque no se fijó en los cambios de ropa, ¡cada vez más elegantes!).

¡Imaginad todo eso y más! Olas de calidez mediterránea hacían bailar a todo Empordà, mientras un simbólico caballo blanco miraba y trotaba, siguiendo los compases de la música. Parejas de todo tipo, chicos y chicas que querían compartir baile, cumbias, pasodobles, fox y valses, rocks y merengues, tangos de fiesta mayor. Estas piezas y muchas más acabaron de trenzar una excursión de buenas energías y muchos espacios de vida en común.